domingo, 16 de noviembre de 2014

"TRANSEXUALIDAD TRANSGENERO"


¿QUÉ ES LA TRANSEXUALIDAD?

Generalmente, el ser humano no se plantea el problema de saber cual es su identidad de género. No hay disociación entre esta y su género anatómico de nacimiento. Pero en ocasiones sucede que existe un conflicto entre el género al que pertenece el cuerpo y aquel al que pertenece el cerebro. Las personas que han nacido bajo esta circunstancia se llaman transexuales.

 

Transexual es pues la persona que encuentra una seria y profunda disconformidad entre su sexo psicológico y los demás caracteres sexuales. El transexual sabe que su cuerpo pertenece a un género y su cerebro a otro. No esta loco ni es un farsante, es plenamente consciente de su dicotomía. El transexualismo es una realidad, no producto de su imaginación.

 

Todos hemos oído hablar de personas transexuales:

 
April Ashley modelo estadounidense.





Una explicación a éste fenómeno podría comenzar así:
 

“Imagínese que Ud. Se despierta una mañana y se encuentra en el cuerpo del género opuesto”

 

Así se siente un transexual.


Mujer transexual antes y después del tratamiento   
 
 
Los transexuales a veces expresan sus sentimientos de ser diferentes en términos de “vivir una mentira”. Si es que hay un fraude involucrado en el hecho de ser transexual, es el fraude perpetrado por el transexual mismo antes del tratamiento. La persona que completa el tratamiento es en sí el objeto real. El o ella ha dejado atrás una vida de engaño e infelicidad. A pesar de los grandes obstáculos, él o ella ha florecido como la persona que siempre ha sido.
 


        
         

Los transexuales explican haberse sentido del otro género desde siempre. En el estudio de su infancia se distingue que ya de niños tienen una conducta propia del sexo opuesto, aunque ellos todavía no son conscientes de lo que les sucede. Después, ya en la adolescencia pueden tener periodos en los que se esfuerzan por comportarse según su sexo biológico, esforzándose por olvidar su problema. Ante la imposibilidad de mantener esta conducta por demasiado tiempo, esta estrategia termina fracasando irremediablemente.
 
 
 
Estas personas comparan sus sentimientos a algo parecido al ser ubicado en un rol para el cual no están preparados, por ejemplo, el tratar de ser el héroe cuando en realidad están mejor interpretando a la heroína. Sin embargo para ellos es necesario el adaptarse para sobrevivir. Ellos tienen que aprender sus líneas y actuar su parte. Palabras y conductas que están ajenas a su naturaleza les son forzadas en razón a su apariencia física. Eventualmente, como todo actor que mantiene un rol en una actuación de larga trayectoria, ellos aprenden a manejar su papel. Aprenden a recitar las líneas, seguir las direcciones del escenario, y ser hombres o mujeres muy convincentes sin necesidad de tener ni que pensar en ello.
 
El problema está en cuando dejan el escenario, cuando se quedan solos consigo mismos, y saben que ese papel no es el indicado para sí mismos. Ellos saben quienes son en realidad. No desean otra cosa que ser ellos mismos, pero no se pueden quitar los vestuarios y disfraces y llevar una vida normal, ya que los disfraces son en realidad sus propios cuerpos.
 
 
 

El hecho de ser mujer y vivir con cuerpo de hombre, o al contrario, resulta insostenible desde cualquier punto de vista. Para comprender esto basta con ponerse en el lugar de la persona que padece esta circunstancia y ser sinceros con nosotros mismos. Lo actitud generalizada  cuando una persona se halla ante un trastorno importante, es la de poner solución al problema echando mano de los medios disponibles que la ciencia va poniendo a nuestro alcance. Gracias a la investigación estos medios cada vez son más eficaces a lo largo de los siglos.

 

La persona transexual corrige la disociación que sufre su mente con su cuerpo poniendo acorde una con el otro mediante lo que comúnmente se conoce como “cambio de sexo”. El término correcto es Reasignación o Afirmación de sexo, ya que ese proceso no supone un cambio para la persona, sino la reafirmación o afirmación de lo que siempre ha sido. Existe ya una experiencia importante en el seguimiento de casos de transexuales con operación de cambio de sexo. Esta cirugía ha ayudado a un número importante de ellos/as a ser más felices y llevar una vida más productiva. Por ello, se la considera justificada en personas muy motivadas, correctamente diagnosticadas de transexualismo, con un medio social y laboral estable y que han pasado la prueba de vivir desempeñando un rol de sexo opuesto durante un tiempo prudencial, que puede ir desde 1 a 2 años.

 

El Dr. Harry Benjamín ((1885-1986),  fue el primero en proponer un tratamiento hormonal a estos pacientes, y gracias al cual, la personas transexuales pueden hoy día, encontrar una armonía entre su cuerpo y su mente. En homenaje a este médico alemán el transexualismo lleva también el nombre de Síndrome de Harry Benjamín.


Los transexuales se someten a una intensa evaluación y consejería psicológica. Este proceso no es para convencer al sujeto de renunciar a su transexualismo, sino para determinar la viabilidad del drástico e irreversible proceso de reasignación de género. Por ejemplo, si la persona no es realmente un transexual, pero en vez de eso esta sufriendo de un cuadro de homosexualidad egodistónica, los efectos del tratamiento pueden ser devastadores. Un travesti mal aconsejado, quien es normalmente feliz viviendo en el rol de su género físico, pero que tiene la compulsión de funcionar ocasionalmente en el rol del otro género, puede ser muy infeliz por una reasignación de sexo permanente. Por lo tanto, un transexual debe de ser evaluado por un consejero psicológico experimentado para estar seguro de que el transexualismo es el tema real. Una vez que el diagnóstico de transexualismo esta confirmado, es cuando comienza la parte médica del tratamiento.

 

La persona que entra en esta fase del tratamiento es por lo general llamado “transexual pre-operado”. El tratamiento hormonal gradualmente va ayudando al transexual a despojarse de su disfraz, lo que le ayudará a adentrarse en su “rol” y adaptarse a la sociedad en la que ella/el considera ser su lugar correcto. (el género dual utilizado acá es para reconocer la existencia de transexuales tanto de hombre a mujer como de mujer a hombre, y NO para insinuar una identidad género dual por parte de estos individuos). Después de un tiempo que puede ser desde varios meses a varios años, el transexual públicamente acepta su nuevo rol de género. Los servicios de consejería psicológica continúan durante todo el período de terapia hormonal, para ayudar al transexual a des-aprender el rol que ha tenido por tantos años. Hay muchas situaciones traumáticas comprometidas. El transexual necesita no solo aprender el nuevo rol, sino también el aprender que esta bien el estar en él. 

 

La mayoría de los protocolos de reasignación requieren que el individuo viva y se desenvuelva en su nuevo rol por un mínimo de 12 a 18 meses antes que la cirugía de reasignación de género le sea autorizada. Esta fase se denomina “Test de vida real” o RLT (por sus siglas en inglés) Tanto el paciente como el consejero psicológico deben estar convencidos de que la cirugía será de ayuda y no dañina. Es entonces que el terapista primario refiere al paciente a un segundo médico, generalmente un psiquiatra, para otra evaluación para confirmar que la cirugía es apropiada. Solo entonces un cirujano de reputación aceptará al paciente. La cirugía de reasignación de género es un proceso irreversible. Debe realizarse con extrema precaución. La profesión médica americana ha adoptado una posición conservadora en lo que es tratar al transexualismo con terapia hormonal y cirugía de reasignación de género. Sin una evaluación psicológica y psiquiátrica competente, ningún médico o psiquiatra competente y con ética prescribiría terapia hormonal. Sin ambas mencionadas evaluaciones, ningún médico de prestigio realizaría la cirugía de reasignación de género. Estos rigurosos requerimientos están orientados a asegurar que aquellos individuos que cambian su sexo no lo hagan por inestabilidad mental, sino que esta persona haya demostrado totalmente su estabilidad mental en el rol de género que psicológicamente le corresponde. 

 
Si la decisión de reasignarse de sexo es consistente, debería ser respetada. El transexual, como es lógico,  busca métodos con los que  mejorar su vida y solucionar en medida de lo posible la cantidad de problemas que le ocasiona este conflicto. La reasignación de sexo permite a los pacientes ser ellos mismos viviendo en el rol de género que se corresponde con su identidad sexual.
 
Cuando uno conoce a un transexual, está conociendo a la persona que sabe como amar, sabe como valorarse a sí misma y como resultado, sabe como amar y valorar a otros. ¿Cuántas personas “normales” pueden demostrar esta distinción? 
 
  • ¿LA TRANSEXUALIDAD ES UN TRASTORNO PSICOLOGICO? 

La opinión de la psiquiatría oficial es que se trata de un trastorno, un síndrome profundo que causa gran malestar, e intentan buscar las causas en determinados desarreglos de hormonación durante el embarazo o en alteraciones de la conducta durante la infancia. 

La transexualidad es una condición ampliamente reconocida en tratados internacionales relacionados con la salud como el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-IV) y Internacional Clasification of Diseases (ICD-10), avalado por la OMS (Organización Mundial de la salud), éste último.

El diagnóstico de transexualismo fue introducido en el DSM-III en 1980 para personas con disforia de género que demostraban al menos dos años de interés continuo en transformar el sexo de su cuerpo y su estatus de género social.

En 1994, el comité del DSM-IV cambió el diagnóstico de transexualismo por el de trastorno de identidad de género. Dependiendo de su edad, a aquellos con identificación transgénerica fuerte y persistente, e incomodidad persistente con su sexo o sensación de ser inadecuados en su rol de género de dicho sexo, se les diagnóstico que sufrían de un Trastorno de Identidad de Género de la Niñez, la Adolescencia o la Etapa Adulta.

Para aquellos/as que no cumplían con los criterios anteriores, se determinó que era correcto usar el término Trastorno de Identidad de Género no Especificado de Otra Manera. En esta categoría estaban aquellos individuos que deseaban únicamente la castración o la penectomía, sin un deseo de desarrollar mamas, quienes deseaban terapia hormonal y mastectomía sin reconstrucción genital, aquellos/as con afección intersexual congénita, aquellos/as con transvestimenta transitoria y relacionada con el estrés, y aquellos/as con ambivalencia considerable acerca de ceder su estatus de género. Los/as pacientes que se diagnosticaban de esta forma, deberían subclasificarse de acuerdo con su orientación sexual: atraídos/as hacia los hombres, atraídos/as hacia las mujeres, atraídos/as hacia ambos, o que no sentían atracción por ninguno de ellos.

En el ICD-10, se encuentran especificados cinco diagnósticos para los trastornos de identidad de género:

- El transexualismo, el cual tiene tres criterios:
• El deseo de vivir y ser aceptado como miembro del sexo opuesto, generalmente acompañado por el deseo de que el propio cuerpo sea tan congruente como sea posible con el sexo preferido a través de intervención quirúrgica y tratamiento hormonal.
• Que la identidad transexual haya estado presente de manera persistente cuando menos durante dos años.
• Que el trastorno no sea un síntoma de algún otro trastorno mental o anormalidad cromosómica.

- El transvestismo de rol dual, que tiene tres criterios:
• Que el individuo use ropa del sexo opuesto para experimentar la membresía temporal en el sexo opuesto.
• Que no haya motivación sexual para el uso de transvestimenta.
• Que el individuo no tenga deseo de cambiar permanentemente al sexo opuesto.

- El trastorno de identidad de género de la niñez, el cual tiene criterios para niños y niñas:
• Para niñas:
o La niña muestra sufrimiento persistente e intenso acerca de ser de sexo femenino y ha formulado el deseo de ser varón (no solo el deseo de recibir cualquiera de las ventajas culturales percibidas de ser un varón) o insiste en que ella es un varón.
o Debe de estar presente cualquiera de los siguientes:
.. Aversión marcada y persistente hacia las ropas femeninas normativas e insistencia en usar ropas masculinas estereotípicas.
.. Repudio persistente de las estructuras anatómicas femeninas, evidenciado por lo menos por alguno de los siguientes: Afirmación de que ella tiene un pene o que le crecerá; rechazo a la micción en posición sentada y/o afirmación de que ella no desea que le crezcan las mamas o tener la menstruación.
o Que la niña aún no haya llegado a la pubertad.
o El trastorno debe haber estado presente por lo menos durante seis meses.

• Para niños:
o El niño muestra sufrimiento persistente e intenso acerca de ser niño, tiene deseo de ser de sexo femenino, o con frecuencia mucho menor, insiste en que él es una niña.
o Debe de estar presente cualquiera de los siguientes factores:
.. Preocupación por las actividades femeninas estereotípicas, demostrada por una preferencia, ya sea por uso de transvestimenta, o simulación de los atuendos femeninos, o por un intenso deseo de participar en los juegos y actividades de las niñas y un rechazo de los juguetes masculinos, juegos y actividades estereotípicas.
.. Repudio persistente de las estructuras anatómicas masculinas, evidenciado por lo menos por alguna de las siguientes afirmaciones repetidas: Que al crecer se transformará en mujer; que su pene o testículos son desagradables o desaparecerán y/o que sería mejor no tener pene o testículos.
o Que el niño no haya llegado a la pubertad.
o El trastorno debe haber estado presente por lo menos durante seis meses.

- Otros trastornos de identidad de género, el cual no tiene criterios específicos.
- El trastorno de identidad de género inespecífico, que no tiene criterios específicos. Cualquiera de los dos diagnósticos previos podría usarse en aquellas personas con afección intersexual.

Para calificar como trastorno mental un patrón de comportamiento, éste debe dar lugar a una desventaja de adaptación significativa para la persona y provocar sufrimiento mental. El DSM-IV y el ICD-10 han definido cientos de trastornos mentales que varían en su inicio, duración, patogénesis, discapacidad funcional y susceptibilidad de ser tratados. La designación de los trastornos de identidad de género como trastornos mentales, no constituye una licencia para la estigmatización o para la privación de los derechos fundamentales de estos/as pacientes. El uso de un diagnóstico formal a menudo es importante para ofrecer alivio, suministrar cobertura de seguros para la salud y orientar la investigación con el fin de lograr tratamientos más eficaces en un futuro.



¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA TRANSEXUALIDAD?

El sexo del feto está establecido por qué se juntan dos cromosomas, uno del padre y otro de la madre en el momento de la fecundación. XX para mujeres y XY para hombres. Sin embargo, no es sino hasta más adelante que las diferencias físicas basadas en el género cromosómico del feto se desarrollan. Estas diferencias son estimuladas por una conjunción de hormonas (una de ellas son los andrógenos). Al mismo tiempo, la identidad de género del feto (el género del cerebro) comienza su desarrollo.

Hay diferentes teorías que hablan sobre las posibles causas de la transexualidad, una de ellas habla de que el origen del transexualismo estaría en que el momento del influjo hormonal sería inadecuado o que la mezcla de hormonas es defectuosa, y entonces habría una disparidad entre el género físico y el género mental, es decir, habría un error en la impregnación prenatal hormonal hipotalámica (androgenización o no androgenización hipotalámica) en el desarrollo intrauterino. Otras teorías hablan de un aprendizaje o internalización errónea de la conciencia masculina o femenina (fallo de la identidad de género). Es probable que, en distinto grado, cada uno de estos factores estén presentes en el origen de la transexualidad, aunque la hipótesis biológica tenga mayor resonancia actualmente.

Si profundizamos en la primera hipótesis nos encontramos con que el hipotálamo tiene funciones primordiales en el conjunto de la respuesta sexual, es la estructura más especializada en lo que se refiere a la conducta sexual. Junto con el sistema límbico y el bulbo olfatorio forman un importante paleocircuito de funciones sexuales.

La intervención de dicho circuito en la conducta dimórfica y en las preferencias eróticas es indiscutible. Son centros de verdaderos “acoplamientos”, siendo el núcleo preóptico el encargado del comportamiento masculino y el ventromedial del femenino. Este conjunto se diferenciaría en un período crítico prenatal (del cuarto al séptimo mes).

Neumann en 1970 y Dörner en 1976 hablan de que un bloqueo de la androgenización preóptica o una anormal androgenización ventromedial femenina sería la causa del transexualismo o como mínimo una condición específica que desencadenaría la cadena de eventos que comportan el inicio de las cogniciones y conductas transexuales.

Por todo lo anterior, se describe a la transexualidad como un defecto de nacimiento. Pero, para el/la transexual que trata de ganarse la aceptación de los demás, dicho defecto de nacimiento no tiene efectos visibles. El transexual parece ser un hombre o una mujer perfectamente normal, con características sexuales primarias y secundarias normales.

A diferencia de las características faciales que distingue al Síndrome de Down, o la falta de control muscular causado por la parálisis cerebral, el transexualismo no puede ser detectado visualmente o bajo otros medios.

Debido a que los demás no pueden ver nada aparentemente erróneo, llegan a la conclusión de que el transexualismo no es un defecto físico, sino más bien un problema mental-emocional. Es una creencia común a la vez que errónea que el/la transexual con un poco de auto-disciplina puede actuar normalmente y aceptar su lugar en la vida.



¿CÓMO SE SIENTEN LOS/AS TRANSEXUALES?

Fundamentalmente se sienten fuera de lugar, frecuentemente expresan sensaciones y sentimientos de estar realizando un rol (papel) para el que no están preparados/as, por ejemplo, al tratar de ser héroes cuando lo que quieren es ser heroínas, o al revés. Pero tienen que adaptarse para sobrevivir, tienen que aprender sus líneas y actuar en coherencia con su cuerpo, no con su mente. Con el tiempo, aprenden a actuar de esa forma, y llegan a ser hombres o mujeres muy convincentes sin necesidad de tener ni que pensar en ello. El problema está cuando se quedan solos/as consigo mismos/as y saben que realmente no son ni las mujeres ni los hombres que aparentan ser. Ellos/as no desean otra cosa que ser ellos/as mismos/as, pero no se pueden quitar los disfraces y llevar una vida normal, porque los disfraces son en realidad sus propios cuerpos.



¿CÓMO SON LAS RELACIONES PERSONALES DE LOS/AS TRANSEXUALES?

Los/as transexuales, debido a su extensa experiencia en actuar “normalmente”, mucha gente encuentra difícil el creer que la persona que ellos/as han conocido por tanto tiempo como miembro de un género (masculino o femenino), es en realidad miembro del otro. En casi cada caso, el descubrimiento de esta condición y los cambios físicos que acompañan a la operación de cambio de sexo, vienen como una sorpresa para todos/as. La reacción común entre familiares y amigos/as es de desconcierto, y pueden sentir que han sido engañados/as, e incluso pueden llegar al rechazo hacia la persona transexual.

Aunque la mayoría de los/as transexuales saben que son diferentes a una edad temprana, sienten una intensa presión para adecuarse al rol que la sociedad dicta como adecuado para hombres y mujeres. Como resultado, el/la transexual, a veces niega que es realmente diferente. Este proceso de negación y adaptación frecuentemente involucra la formación de amistades y de relaciones personales en general.

El asumir por parte del/la transexual su identidad de género (género mental) y el inicio en el proceso de tratamiento (operación de cambio de sexo) marca un punto y aparte en las relaciones personales. Al principio, familiares, amigos y parejas tratan de que el/la transexual sea “curado/a” a través de terapia psicológica debido a que ellos/as no están dispuestos/as a aceptar el resultado inevitable (cambio de sexo), pero cuando se dan cuenta de que esta cura no es válida, entonces la relación entra en una fase de mucha presión. Cuando la relación se basa en otras características aparte del género, está puede continuar con los obvios cambios. Por ejemplo, un buen hijo puede ser igual de bueno como hija, un compañero de trabajo mujer puede ser tan competente como hombre. Pero la realidad es que muchas de estas relaciones desaparecen, algunas de forma amable pero triste y otras se disuelven con recriminaciones.

Pero, ¿qué pasa con las relaciones que están basadas en el género, es decir, las parejas?. Muchos cirujanos que trabajan en este ámbito, sugieren que el/la transexual esté separado/a o divorciado/a antes de someterse a la operación de cambio de sexo. En muy pocos casos, parejas que son también amigos/as pueden mantenerse juntos en una relación platónica.

Una vez que un/a transexual se ha operado y su cuerpo es coherente con su género mental, ¿qué pasa con las relaciones personales?, pues la mayoría de los/as transexuales post-operados no encuentran necesario el informar a nuevas amistades y parejas que ellos/as antes eran del otro género. Esto es fácil de hacer cuando el/la transexual ha roto definitivamente con su pasado, pero algunos/as transexuales, después de la operación, vuelven a sus vidas en el mismo punto donde las dejaron antes del cambio, conservan el mismo apellido, trabajan en el mismo sitio, mantienen los mismos amigos/as, etc..

Las relaciones sexuales pueden ser problemáticas, incluso para el más abierto/a de los/as transexuales. Por ejemplo, el saber que esa mujer antes era un hombre puede amenazar seriamente una relación heterosexual. Pero no todos/as los/as transexuales quieren tener una relación heterosexual después de la cirugía. No es raro que un/a transexual se declare lesbiana o gay. Este tipo de relaciones también pueden ser muy difíciles, ya que algunas lesbianas y gays tienen profundos prejuicios contra los/as transexuales, al igual que los tienen muchos heterosexuales. Por último, nos podemos encontrar con transexuales que no son sexualmente activos para nada.

Toda esta gama de orientación sexual es debido a que orientación e identidad sexual son dos cosas diferentes. Mientras que la identidad se expresa frecuentemente a través del género, la sexualidad no está determinada por ello.



¿QUÉ TIPO DE SOLUCIÓN PUEDE TENER EL PROBLEMA DE LA TRANSEXUALIDAD?

A lo largo de la historia de la transexualidad se han planteado dos posibles soluciones; la primera fue la expuesta por psiquiatras y psicólogos que intentaron orientar a estas personas para que aceptaran su cuerpo físico. Dicha solución ha resultado ser insatisfactoria porque no hay ni un solo caso que haya respondido positivamente a este tipo de solución. Tanto la psiquiatría como el psicoanálisis, la psicología y la psicoterapia han demostrado ser impotentes para cambiar la inclinación mental y adecuarla a los atributos físicos.

En 1950 aparece la segunda solución, de la mano del psiquiatra y endocrinólogo, el Dr. Harry Benjamín, quien decidió aplicar sus dos especialidades al tratamiento de la transexualidad. Si la mente no puede ser cambiada para adaptarse al cuerpo, pensó él, entonces habrá que cambiar al cuerpo para que se adapte a la mente. Así fue como nació la operación de cambio de sexo.

Ya hemos visto que la primera solución no resulta ser muy eficaz para solucionar este problema, pero ¿la operación si es una solución satisfactoria?. Lo que nos tenemos que plantear para poder contestar a esta pregunta es lo siguiente: La cuestión es si estas personas que están atrapadas en un género físico que difiere de su género psíquico deberían ser operadas para que estos dos géneros coincidan. Posteriormente, y si la respuesta es positiva, debemos analizar que tipo de inconvenientes se pueden presentar en estas operaciones, no solo física y psíquicamente, sino también socialmente, y cuales serían las consecuencias de dicha operación en la vida de estas personas. Por último, debemos observar como la realización de este tipo de operaciones produce una serie de inconvenientes en el ejercicio de determinados derechos como el de contraer matrimonio, el de adoptar, e incluso el problema de identidad en los documentos legales.

A pesar de todo lo anterior, hay que tener en cuenta que la mayoría de los y las transexuales no se someten a la intervención de cambio de sexo, bien porque tienen miedo, o porque resulta muy caro (en la mayoría de los casos no lo cubre la seguridad social) o, simplemente, porque no quieren. En este último caso estaríamos hablando de los/as llamados/as transgeneristas, son personas con disforia de género pero que no sienten la necesidad de cambiar sus genitales, pero si cambian otras características como el vello, la voz, la vestimenta, los pechos, etc..

Una vez que un/a transexual decide pasar por este tipo de operación, debe de ir salvando diferentes etapas que son las siguientes:

- Una primera de estudio psicológico para poder establecer con claridad que la persona en cuestión es transexual y no otra cosa (hay que diferencia la transexualidad de los trastornos de personalidad, de los estados intersexuales, de la homosexualidad no aceptada, etc.…). Dentro de esta etapa estaría lo que se denomina “Experiencia de la vida real en el rol que se desea” (lo describiré con más detalle en un apartado posterior).
- Una segunda de hormonación, donde se les administran a los/as pacientes estrógenos o andrógenos, que hacen que en el hombre que cambia a mujer aparezcan los pechos y se produzcan otros cambios menores; y en la mujer que cambia a hombre aparece la barba, el vello y cambia la voz.
- Una tercera y última etapa de intervención quirúrgica que puede ser más o menos completa, y de la que hablare con más detalle más adelante.

Lo anterior es lo que se llama Terapia Triádica que se puede realizar de las siguientes formas en relación con el orden de realización:

- Hormonas; experiencia de la vida real; intervención quirúrgica.
- Experiencia de la vida real; hormonas; intervención quirúrgica.
- Algunas mujeres biológicas prefieren que sea: cirugía de mamas; experiencia de la vida real.

Los/as clínicos cada vez tienen más claro que no todas las personas transexuales desean o necesitan los tres elementos de la terapia triádica. 

Referencias:

http://ai.eecs.umich.edu/people/conway/TS/ES/TSES.html

http://www.uacm.edu.mx/uacm/Portals/3/4%20Documentos/III%20ENCUENTRO%20DE%20ESCRITOR@S%20SOBRE%20DISIDENCIA%20SEXUAL%20E%20IDENTIDADES%20SEXUALES%20Y%20GEN%C3%89RICAS/Disidencia%20Sexual,%20Legislaci%C3%B3n%20y%20Pol%C3%ADticas%20P%C3%BAblicas/agnes-torres.pdf

CASOS DE DEPORTISTAS TRANSEXUALES:

Deportistas transexuales, Johnny Saelua, Renée Richards, Kienyke
Algunos atletas que han decidido darle un cambio radical a sus vidas. Unos culpan al dopaje, otros no sabían que eran en realidad hombres. En KienyKe.com les contamos algunos casos de deportistas transexuales.
Renée Richards
Renee Richards, Kienyke
Esta estadounidense desde muy joven era destacada en el mundo del tenis. Sin embargo en su niñez era conocida como Richard Raskind. Como hombre alcanzó a ser de los 10 mejores jugadores juniors de la costa Este entre la década de los 40.  Incluso hizo parte de la Armada de los Estados Unidos, donde alcanzó el cargo de Teniente. En 1960 tomó la decisión de realizarse la cirugía de cambio de sexo y viajó a Marruecos para el procedimiento.  No obstante, se arrepintió y regresó a su país natal. A su regresó se casó con una mujer, Bárbara, con la que tuvo un hijo en 1970. Finalmente en 1970 comenzó el procedimiento para el cambió que fue completado en 1975. Su mejor resultado en un Grand Slam fue en 1979 cuando alcanzó las semifinales en dobles mixtos.
Andreas Krieger
Heidi Krieger, Kienyke
El 20 de julio de 1966, Andreas, nació como Heidi. Ella hizo parte de varias delegaciones de Alemania Oriental como lanzadora de bala. Esta deportista acusó a Manfred Ewald, Presidente del Comité Olímpico de Alemania Oriental, de haber obligado a los deportistas a doparse con esteroides anabólicos. Según ella eso fue el causante de su transexualidad. Ahora está casado con Ute Krause, nadadora que también hizo parte de Alemania Oriental. Su mejor resultado deportivo fie en 1986 cuando se quedó con el oro en el Campeonato Europeo de Atletismo.
Natalia Parés Vives
Natalia Pares Vives, Kienyke
Nació el 31 de agosto de 1955 y tiene el título de Maestro FIDE. Este es un reconocimiento que concede la Federación Internacional de Ajedrez, tras obtener una puntuación de 2300 en el Rating Fide, una especie de ranking del deporte ciencia. Hasta 1998 la española era conocida como Josep. Ese año decidió convertirse en mujer.
Johnny Saelua
Johnny Saelua, Kienyke
Johny pasará a la historia como el primer transexual que ha jugado las eliminatorias a un mundial de fútbol. Es defensor central de la Selección Nacional de Samoa. Su debut fue en un juego para el Mundial de Alemania 2006. Cuatro años más tarde el técnico Thomas Rongen, le volvió a convocar para los juegos de clasificación a Sudáfrica 2010. En la FIFA existen regulaciones para que mujeres no jueguen junto con hombres, pero no se habla nada de los transexuales.
Erik Schinegger
Erik Schinegger, Kienyke
Este esquiador austriaco nació el 19 de junio de 1948. En 1966 fue campeona mundial de esquí alpino y era conocida como Erika Schinegger. Al año siguiente del título mundial, el Comité Olímpico Internacional, le realizó una prueba que comprobó que era bológicanmente un hombre y fue descalificada de los Juegos Olímpicos de Invierno Grenoble 1968. En ese momento la austriaca decidió vivir su vida como un varón. Ahora esta casado y tiene una hija.



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