LA EUTANACIA |
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Terminología ¿Qué es la eutanasia? Etimología: eu thánatos (bien muerte, buena muerte, morir bien). La eutanasia tiene un significado más específico, que es procurar la muerte sin dolor a aquellos que sufren. Este significado es muy amplio y aquí entrarían desde el asesinato al niño que nace disminuído hasta la colaboración en el suicidio de alguien que sufre; desde la eliminación del anciano hasta la abstención del tratamiento para no alargar una agonía sin esperanza. Cada uno de estos casos recibiría un juicio ético distinto. Hoy entendemos técnicamente por eutanasia el llamadohomicidio por compasión, es decir, causar la muerte de otro por piedad ante su sufrimiento o por atender a sus deseos de morir por la causa que fuere. Esta definición es bastante clara, pero cuando uno escucha debates o lee los periódicos, ve que hay una confusión de ideas bastante grande. El problema del correcto uso del término es muy importante pues a veces se consideran eutanasia cosas que no tienen nada que ver con ella o se meten bajo este nombre casos de simple suicidio. Otros hablan de muerte dulce o muerte digna para ocultar la tremenda realidad del hecho central de la eutanasia: un ser humano da muerte a otro consciente y libremente, independientemente de las razones que lo motiven a hacerlo. Podemos enunciar, pues, esta definición: Eutanasia es causar la muerte a otro, con o sin su consentimiento, para evitarle dolores físicos o padecimientos de otro tipo, considerados insoportables. Por tanto, la eutanasia representa siempre una forma de homicidio pues implica que un hombre da muerte a otro, ya sea por un acto positivo o por la omisión de la atención y cuidados debidos. ¿Qué elementos comporta esta definición? - La muerte es un objetivo buscado, está en la intención de quien practica la eutanasia. Por tanto, no es eutanasia la aplicación de un tratamiento necesario para aliviar el dolor aunque acorte la expectativa de vida del paciente como efecto secundario no querido, ni puede llamarse eutanasia a la muerte que es fruto de una imprudencia o accidente. - Puede producirse por acción (administrar sustancias tóxicas mortales) o por omisión (negar la asistencia médica debida). - Se busca la muerte de otro, no la propia. El suicidio, sea por acción u omisión, no es propiamente una forma de eutanasia. Los motivos también tienen un valor muy importante en la definición. - Puede ser realizada porque la pide el que quiere morir. La ayuda o cooperación al suicidio sí se considera una forma de eutanasia. - Puede ser realizada para evitar sufrimientos que pueden ser presentes o futuros, pero previsibles, o porque se considera que la calidad de vida de la víctima no alcanzará o no mantendrá un mínimo aceptable. El elemento subjetivo de eliminar el dolor o las deficiencias ajenas es un factor necesario para considerar lo que es eutanasia. Si no, estaríamos ante otras formas de homicidio. ¿Cuántas clases de eutanasia hay? - Voluntaria: Solicitada por el que quiere morir. - Involuntaria: Cuando no la solicita. - Perinatal: Cuando se aplica a recién nacidos deformes o deficientes. - Agónica: Cuando se aplica a enfermos terminales. - Psíquica: Cuando se aplica a afectados de lesiones cerebrales irreversibles. - Social: Cuando se aplica a ancianos u otro tipo de personas, tenidos por socialmente improductivos o gravosos. - Auto-eutanasia: Esto no es eutanasia según la definición que dimos, sino suicidio. - Activa: La muerte se produce por acción positiva. - Pasiva: La muerte se produce por omisión. - Directa: Busca directamente la muerte. - Indirecta: Busca mitigar el dolor, aún sabiendo que ese tratamiento puede acortar la vida del paciente. Esto tampoco es eutanasia. 5. ¿Qué es la distanasia? Su etimología es Dis thánatos: mal y muerte. Es lo contrario de la eutanasia y consiste en retrasar el advenimiento de la muerte todo lo posible, por todos los medios, proporcionados o no, aunque no haya esperanza de curación y aunque eso signifique unos grandes sufrimientos añadidos para el enfermo. También se llamaensañamiento terapéutico y encarnizamiento terapeútico. La muerte sólo tiene sentido si al privar al hombre de los bienes terrenales, abre la esperanza hacia una vida más plena, cosa que no aporta el secularismo imperante. Por eso la muerte se ha convertido hoy en un tabú, en algo innombrable (comparar con el tabú sexual y el tema de la cigüeña). La eutanasia nace precisamente en estas sociedades. Los progresos médicos hacen cada vez más difíciles de definir las fronteras entre la vida y la muerte, entre el coma reversible y el irreversible. Las técnicas de reanimación actuales llevan a muchos pacientes a una recuperación prodigiosa y total, pero muchas veces, más que la vida, lo que prolongan es la agonía. El esfuerzo tecnológico en las salas de reanimación va acompañado a menudo del aislamiento y la soledad del enfermo; aislamiento de los familiares, incluso en el momento de la muerte; soledad, incluso respecto del cuerpo médico afanado en torno a las máquinas. Hace falta pasar de la simple asistencia técnica a la asistencia humana (que se prolonga cuando el paciente ya está en el proceso irreversible del camino final hacia la muerte, porque el paciente siempre tiene derecho a recibir asistencia humana). 4. Consecuencias. - Muchos piensan que la vida humana no merece ser vivida más que en determinadas condiciones de plenitud, frente a la afirmación de que la vida humana es un bien superior y un derecho inalienable e indisponible (es decir, que no depende de la decisión propia ni de la de otros). - Hay una imprecisión muy frecuente en el uso de los términos. - Los argumentos en defensa de la eutanasia suelen ser los siguientes: a. Hay un derecho a la muerte digna, expresamente querida por el que padece sufrimientos atroces. b. Cada uno puede disponer de su propia vida en el uso de su libertad y autonomía. c. Suprimir la vida de los deficientes psíquicos profundos o de los enfermos en fase terminal es una forma de progreso pues son vidas que no pueden llamarse propiamente humanas. d. Es una manifestación de solidaridad social pues se eliminan vidas sin sentido, que constituyen una dura carga para los familiares y la propia sociedad. - Se da un valor absoluto a la libertad que puede decidir sobre cualquier cosa. 5. ¿Cómo funcionan las campañas de defensa de la eutanasia? - Siempre comienzan presentando un caso límite: una situación terminal llamativa que excite la sensibilidad colectiva para justificar la eutanasia en este caso dramático y singular. Se admite un caso y así, tomándolo como modelo, pueden ser arreglados otros. Se habla dearreglar un problema, no se usa jamás el término matar a un ser humano. Suele presentarse a un hombre del que se dice se encuentra en vida vegetativa, pero esta afirmación no es real; su vida sigue siendo humana: siente, oye y vive como hombre, no es un vegetal. - Llenan la opinión pública de eufemismos que aprovechan muy bien la dificultad conceptual y terminológica para distraer el punto de atención sobre la realidad del asunto (que es matar a un hombre) y superficialmente son simplificados los juicios con términos como: ayudar a morir, facilitar la culminación de la vida, liberación del enfermo, etc. - Presentan a los defensores de la vida como retrógados, intransigentes, contrarios a la libertad y al progreso. Así se distrae el debate y no se escucha con serenidad y ecuanimidad las opiniones a favor de la dignidad del ser humano, pues ya están inseminados los prejuicios en la mente de la opinión pública. - Como muchas confesiones religiosas actúan en el debate a favor de la vida (especialmente cristianos y judíos), se extiende la idea de que es un simple problema religioso, íntimo, de mera conciencia individual, que puede aceptarse en una sociedad pluralista. - Hacen encuestas de opinión sobre la ciudadanía, los enfermos de SIDA, los de cáncer, los médicos, etc. Estas encuestas son poco fiables pues hay mucha imprecisión terminológica, muchos componentes emocionales puestos en juego, etc. Es famoso el caso de la encuesta realizada en Barcelona donde se decía que el 90 por ciento de los médicos de la ciudad estaban a favor de la eutanasia pero, viendo los cuestionarios, en verdad estaban en contra delensañamiento terapéutico. En el fondo hay un hábil manejo de la terminología para orientar los resultados.
Los ejes de la cultura de la vida
1. La muerte no es un tabú, sino un hecho natural que forma parte de la vida humana, como el nacer, el crecer, la condición sexuada o la inteligencia. 2. Nadie, ni jueces, ni legisladores, ni médicos, se puede atribuir el derecho a decidir que algunos seres humanos no tienen derechos o los tienen en menor grado que los demás. 3. La familia es respetada y querida como ámbito natural de solidaridad entre generaciones, en las que se acoge, protege y cuida a los miembros sanos y a los enfermos, a los jóvenes y a los ancianos, a los no deficientes y a los que sí lo son. 4. La organización hospitalaria no debe ser el lugar donde se abandona a los enfermos y ancianos. El hogar tiene que ser el lugar de acogida natural en la enfermedad y en la ancianidad, y en él debe ser vivida la muerte con cariño y lucidez. 5. Las iniciativas sociales de atención a los enfermos deben crear en torno a ellos un clima humano, respetuoso de la persona humana y una preparación técnica suficiente, de modo que la persona pueda afrontar la muerte dignamente y sintiéndose persona. 6. La Medicina debe orientarse también a la atención de las personas, no sólo a un esfuerzo tecnológico para alargar la vida.
Los principios éticos que entran en juego en el juicio sobre la eutanasia
2. los tres principios fundamentales de la ética de la vida: hay que reconocer el carácter sagrado de la vida del hombre, la primacía de la persona sobre la sociedad y el deber de la autoridad de respetar la vida inocente. 3. Jamás es lícito matar a un paciente, ni siquiera para no verle sufrir o no hacerle sufrir, aunque él lo pida expresamente. Nadie tiene la facultad de decidir o provocar la muerte de una persona. 4. No es nunca lícita ninguna acción que por su naturaleza provoca directa o intencionalmente la muerte del paciente. 5. No es lícito omitir una prestación debida a un paciente sin la cual va irremisiblemente a la muerte, por ejemplo, los cuidados vitales debidos a todo paciente (alimentación por tubo y remedios terapéuticos normales), aunque sufra un mal incurable, esté en fase terminal o incluso en coma irreversible. 6. Es ilícito rehusar o renunciar a cuidados y tratamientos posibles y disponibles, cuando se sabe que resultan eficaces, aunque sea sólo parcialmente. En concreto, no se ha de omitir el tratamiento a enfermos en coma si existe alguna posibilidad de recuperación, aunque se puede interrumpir cuando se haya constatado su total ineficacia. En todo caso, siempre se han de mantener las medidas de sostenimiento. 7. No existe la obligación de someter al paciente terminal a nuevas operaciones quirúrgicas, cuando no se tiene la fundada esperanza de hacerle más llevadera su vida. 8. Es lícito suministrar narcóticos o analgésicos que alivien el dolor, aunque atenúen la conciencia y provoquen de modo secundario un acortamiento de la vida del paciente. Siempre que el fin de la acción sea calmar el dolor y no provocar directamente un acortamiento sustancial de la vida. En estos casos, la moralidad del acto depende de la intención con que se haga y de que exista de verdad una debida proporción entre lo que se logra (disminución del dolor) y el efecto negativo para la salud. 9. Es lícito dejar de aplicar tratamientos desproporcionados a un paciente en coma irreversible cuando haya perdido toda actividad cerebral. Pero no lo es cuando el cerebro del paciente conserva ciertas funciones vitales, si esa omisión provocase la muerte inmediata. 10. Las personas minusválidas o con malformaciones tienen los mismos derechos que las demás personas en lo que se refiere a la recepción de tratamientos terapéuticos. Esto se aplica a la fase prenatal y posnatal. 11. El Estado no puede atribuirse el derecho de legalizar la eutanasia pues la vida del inocente es un bien que supera el poder de disponer de ella, tanto por parte del individuo como del Estado (nadie se da a sí mismo la vida). 12. La eutanasia es un crimen contra la vida humana y contra la Ley Divina, del que se hacen responsables todos los que intervienen en la decisión y ejecución del acto homicida.
Juicio ético sobre la eutanasia
1. Rechazo a la eutanasia propiamente dicha. Nada ni nadie puede autorizar el dar muerte a un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie, además, puede solicitar ese gesto homicida para sí mismo o para otro del que sea responsable, ni puede consentir en él explícita o implícitamente. Se trata, en efecto, de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de un crimen contra la vida, de un atentado contra la humanidad. El fundamento de la ética es el respeto de la verdad del hombre, el respeto de la persona tal como ella es. Otro fundamento verdadero no se le puede dar a la ética (el fundamento último del valor moral no es la vida, sino la dignidad del ser humano -como se ve en el martirio). La ética guía al hombre desde el ser hasta el deber ser. Los otros criterios están constituidos por la utilidad de alguien en detrimento de algún otro; por el poder de unos sobre otros, por la eficacia de este poder cada vez más amplio para algunos, cada vez más opresor para otros. La verdad del hombre es que él no se da la vida a sí mismo, ni se la da el estado, la recibe como un don.
Uso proporcionado de los medios terapéuticos.
La muerte, con los sufrimientos que suelen acompañarla y precederla, sigue angustiando al hombre. Es muy importante proteger hoy, en el momento de la muerte, la dignidad de la persona humana y la concepción cristiana de la vida contra un tecnicismo que amenaza volverse abusivo. Algunos hoy hablan de derecho a la muerte, no como el derecho a darse o hacerse dar muerte, sino a morir con entera tranquilidad, con dignidad humana y cristiana. Hay unos criterios nuevos que mejoran la distinción entre medios ordinarios y extraordinarios. Ya no se habla de medios ordinarios y medios extraordinarios. La razón es que muchos medios, que antes eran extraordinarios, ahora ya no lo son y se hacía difícil distinguir. Además, la reanimación y los nuevos medios de terapia intensiva han permitido salvar muchas vidas. Por eso se ha buscado otro criterio de referencia que se basa no ya en el medio terapéutico, sino en el resultado terapéutico. Así, hoy se prefiere hablar de medios proporcionados y medios desproporcionados de acuerdo con los resultados. Esto no quita que no se siga evaluando los medios de acuerdo con el tipo de terapia, el grado de dificultad y el riesgo, los gastos necesarios y las posibilidades de aplicación, teniendo en cuenta las condiciones del enfermo y sus fuerzas físicas y morales. Así, se ofrece ahora cuatro criterios muy útiles: - A falta de otros remedios, es lícito acudir con el consentimiento del enfermo, a los medios de que dispone la medicina más avanzada, aunque se encuentren todavía en estadio experimental y no estén exentos de cierto riesgo. - Es lícito también interrumpir la aplicación de tales medios, cuando los resultados frustren las esperanzas puestos en ellos. Pero al tomar una decisión de este género se deberá tener en cuenta el justo deseo del enfermo y de sus familiares, así como el parecer de los médicos verdaderamente competentes. - Es lícito siempre contentarse con los medios normales que la Medicina puede ofrecer. Por tanto, no se puede imponer a nadie la obligación de recurrir a un tipo de cuidados que, aunque ya estén siendo utilizados, no están exentos de peligro o son muy costosos. - En la inminencia de una muerte inevitable a pesar de los medios utilizados, es lícito en conciencia tomar la decisión de renunciar a tratamientos que proporcionarían una prolongación precaria y penosa de la vida, sin interrumpir no obstante los cuidados normales debidos al enfermo en casos semejantes (incluye la alimentación, la hidratación, la aspiración de las secreciones bronquiales y la limpieza de las escaras).
La verdad al enfermo terminal.
En este tema hemos visto aparecer muchas veces elconsentimiento del paciente. Este consentimiento requiere una información sobre la situación real de lo que le pasa. Pueden darse los siguientes criterios éticos: - Para que haya una decisión moral es preciso conocer la verdad. Por ello hay que evitar tener un comportamiento de falsedad con el enfermo. Él tiene el derecho de saber y ser informado y también de prepararse para una muerte digna. Pero esto podría volverse contraproducente si el paciente llegara a adivinar la verdad de lo que le sucede, cosa bastante probable. - La información debe darse en el ámbito de una comunicación humana. Hay que escuchar al enfermo y después explicarle lo que tiene. El enfermo busca solidaridad y estar acompañado, poder comunicarse y sentir que se comparte su situación. - La verdad que hay que comunicar debe estar proporcionada a la capacidad del sujeto para recibirla saludablemente. Hay, pues, que comunicársela poco a poco, adaptándose a sus fases psicológicas. También, hay que prepararle en el estado anímico más favorable posible, sabiendo detenerse en el momento preciso. Nunca hay que cerrar toda esperanza pues en realidad en Medicina nunca se dan previsiones absolutas. - No hay que ocultar la gravedad de la situación en su sustancia a un paciente antes de morir, especialmente cuando tenga que afrontar decisiones importantes. Siempre está además el deber-obligación del paciente a prepararse para una buena muerte.
Los derechos del enfermo moribundo
El derecho a una muerte digna incluye: 1. El derecho a no sufrir inútilmente. 2. El derecho a que sea respetada la libertad de su conciencia. 3. El derecho a conocer la verdad de su situación. 4. El derecho a decidir sobre sí mismo y sobre las intervenciones a que se le haya de someter. 5. El derecho a mantener un diálogo confiado con médicos, familiares, amigos y sucesores o compañeros en el trabajo. 6. El derecho a recibir asistencia espiritual. |
La eutanasia llega a ser un caso polémico, pero pienso que esta bien controlado en la mayoría de situaciones, ya que no a cualquiera se le concede, pero legan a existir casos tan dificiles y tristes en los que las personas que no les permitieron morir asi, optan por el suicidio.
ResponderEliminareste tema causa una gran controversia pero a mi me parece justo que tengan esta opción ya que muchas veces la gente sufre una enfermedad terminal que le causa un gran dolor y le arrebata la calidad de vida y al existir esta opción nos podrán tachar de suicidas o asesinos pero realmente es una cuestión de empatía así la otra persona y dejar de lado nuestro egoísmo ya que muchas veces estas personas sufren
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